Si estás aquí, seguramente sea porque tienes un problema con tu perro que no eres capaz de
resolver. Puede que sea algo leve, o quizás se trate de algo más serio. Quizás incluso hayas
intentado buscar una solución, bien sea por tu cuenta o buscando ayuda profesional. O puede que
simplemente hayas acabado acostumbrándote y resignándote.

Sea como sea, no eres el único. Nosotros también hemos estado en esa misma situación. Por si
fuera poco, cada persona te da una solución diferente. Al buscar en internet, en programas de la
tele, libros, supuestos “adiestradores” amantes de la obediencia….cada uno diciéndote lo que
deberías hacer.

Pero todo eso se vuelve infinitamente más sencillo si nos encargamos de hacer lo más simple de
todo: escuchar a nuestro perro. Si nos centramos realmente en prestar atención a lo que nos
intenta comunicar, a sus inquietudes y peticiones, es cuando realmente podemos ver la luz al final
del túnel. Parece casi mágico como algo tan simple resuelve situaciones tan complicadas. Y es
que muchas veces ellos son los que mejor saben cómo resolver sus propios problemas.

Nuestra forma de trabajar se sustenta en tres pilares inamovibles: respeto, confianza mutua y
comunicación. Olvídate de los castigos y tener que estar continuamente dándole órdenes a tu
perro. Ahora tienes a tu alcance la puerta a una convivencia feliz y duradera. ¡Da el paso!